Reflexiones al borde de los cuarenta
Es tu voz,
leña crepitando en la hoguera,
si en la madrugada pronuncias mi nombre
suenas a madera.
Es ola salvaje rompiendo en la costa
si tu genio despierta de pronto
es cruda tormenta.
Es hormigueo en la piel
tu susurro callado.
Terciopelo, seda, tu aliento en mi oreja.
Apenas te escucho, cierro los ojos y mi mente
vuela…
ANA FERNÁNDEZ DÍAZ
Siempre me haces feliz cuando me compartes….besos miles y gracias!!