Hola. Aquí estás.
Y yo que no quería que vinieras. Aún no. Aún es demasiado pronto para soportar el peso de tus días. Y su ausencia. Ahora, ahora que empezaba a ser feliz, y resulta que las luces de aquel árbol se apagaron. No tuve ni tiempo de colgar la estrella en lo más alto.
Las calles se visten de navidad y tú no estás.
La gente luce más guapa, más bonita, y yo más fea.
Tu aire huele a frío, a nostalgia, a mariposas en los tobillos.
Huele a echar de menos a los que se fueron,
huele a turrón caducado y a la única ilusión de que cuando abra los regalos, estés tú dentro.
¡Maldita sea! Cuantos recuerdos nos trae diciembre, cuantas cosas pendientes por hacer, cuantos te quieros al viento y cuantas promesas que se clavan en mi memoria. Toca hacer balance de un año que termina…
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